Rezo de modo especial por todos los benefactores que tan generosamente se desprenden de sus bienes en favor de la formación de los sacerdotes

Nombre: Constantine Malaba Sylvester.
Edad: 30 años.
Situación: Presbítero.
Origen: Bunda, Tanzania.
Estudios: de Licenciatura en Teología en la Universidad de Navarra.

Costantine Malaba Sylvester es originario de la Diócesis de Bunda, en Tanzania.

«Es un hermoso país de África y tropical, donde nací, crecí, y recibí tanto formación humana como cristiana antes de ingresar en seminario. Es en Tanzania también donde me he encontrado con Dios y he descubierto mi vocación».

Tras pasar por el seminario menor, en 2017 su obispo decidió enviarle a Pamplona a continuar su formación en el Seminario Internacional Bidasoa y en la Universidad de Navarra.

«Aquí he recibido y sigo recibiendo grandes dones, que han marcado mi vida, mi futuro ministerio para siempre. Ha sido una enorme oportunidad en estos tres años que he realizado, para perfeccionarme como persona, progresar académicamente y crecer espiritualmente y pastoralmente para que en futuro próximo pueda servir al señor como Sacerdote».

Y esto es lo que comparte con nosotros:

«Soy Constantine Malaba Sylvester originario de la Diócesis de Bunda. Vengo de Tanzania un hermoso País de África y tropical, donde nací, crecí, y recibí tanto formación humana como cristiana tras ingresar en el seminario.

Es en 2017 donde por la Provincia Divina me trajo a España para ser formado en el Seminario Internacional Bidasoa y realizar mi formación intelectual en la Universidad de Navarra. Me ordenaron sacerdote, después de la formación teológica. Y Gracias a Dios después de la ordenación fui envido de nuevo a estudiar la licenciatura en la Universidad de Navarra. Así que por el momento estoy terminando mi primer año de la licenciatura especializándome en Teología Moral y Psicología Espiritual.

Muchas gracias por la indispensable ayuda que me viene a lo largo de estos años de formación. Gracias por su ayuda material, apoyo y entrega generosa en la oración.

Me siento muy orgulloso de haberles conocido, personas de corazón generoso que se preocupan afectiva y efectivamente por la formación sacerdotal de Iglesia de Cristo. Rezo para que nosotros, beneficiados por esta querida fundación, tengamos la gracia de corresponder enormemente a la gran confianza depositada en nosotros, tanto seminaristas como sacerdotes, con nuestra vida sacerdotal.

Rezo de modo especial por todos los benefactores que tan generosamente se desprenden de sus bienes en favor de la formación de los sacerdotes.

Que Dios bendiga a todos los que forman parte de la Fundación CARF y que sus esfuerzos sean fructuosos para siempre».

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