Uno de los desafíos que me encuentro es el ordenador; puede parecer raro, pero en mi país no tenemos la facilidad para acceder a la red

Nombre: Ndangi William Raphael Kamunde
Edad: 23 años
Situación: Seminarista
Origen: Tombura-Yambio, Sudán del Sur
Estudios: Estudia Teología en el Seminario Internacional Sedes Sapientiae, en Roma

Me dije: ¿por qué no dar yo también mi vida para salvar a su gente, para que puedan ver Su reino?

Ndangi William Raphael Kamunde es un seminarista de la diócesis de Tombura-Yambio, en Sudán del Sur.

"Mi parroquia tiene dos sacerdotes y 15 seminaristas.

Me gusta mucho nuestra catedral, que tiene un gran edificio para adorar al Señor y un pequeño santuario donde se encuentra el cuerpo del obispo Gasi Abangite, un lugar muy frecuentado por los fieles de toda la región. Como tenemos tribus de varios idiomas, también tenemos misas en esos mismos idiomas: inglés, árabe y zande, que es el idioma local. En toda la diócesis tenemos un número de sacerdotes de aproximadamente 37. Algunos de ellos son misioneros.

Hay muchas cosas que se necesitan en la iglesia de nuestro país, por ejemplo, construir iglesias materiales, infraestructuras, es decir lugares donde celebrar misas, hospedar encuentros de jóvenes, fieles, equipos de animación pastoral, catequesis, etc. 

Además, se necesita buena formación para llevar a cabo todas las actividades, sobre todo para capacitar a los jóvenes sobre cómo tomar la educación en serio, educarlos sobre cómo protegerse del VIH y otras enfermedades sexuales muy graves para nosotros en África, pero también para implementar su creatividad y apoyarlos en el sistema educativo, a veces carente.

Siempre pienso en que los discípulos de Jesús nunca habían esperado ser seguidores del mismo Dios, pero el Señor Jesús les llamó, y así se encontraron siendo llamados por Dios mismo. Empecé a sentir yo mi vocación cuando estaba en el sexto de primaria como monaguillo, lo que hice durante unos tres años. Luego me enviaron al seminario menor donde pasé cuatro años y de ahí me enviaron a la formación propedéutica por un año.

Mi vocación surgió seguramente por ser inspirado por los animadores de la parroquia, los sacerdotes y la forma en que se comportaban los seminaristas, así que quería ser como ellos; pero sobre todo porque me di cuenta que Jesús, el Hijo de Dios y Dios hecho carne, murió por mis pecados, así me dije: ¿por qué no dar yo también mi vida para salvar a su gente, para que puedan ver Su reino?

Estoy muy feliz de estar formándome en Roma, me da esperanza el hecho de poder encontrarme con diferentes pensamientos sobre la evangelización y la influencia que puede tener un cristiano en su ambiente. Además, estudiar aquí me abre la mente para entender realmente lo que significa ser sacerdote, así como para dialogar con personas diferentes, ver cosas nuevas, vivir una vida nueva, en un entorno nuevo; y estudiar junto a chicos que vienen de todo el mundo.

Pienso que a más personas, más seminaristas de mi diócesis y de mi país  les haría muy bien tener esta misma experiencia que yo tuve la posibilidad de tener.

Y sobre todo, tener que aprender un nuevo idioma, incluso en la oración con los demás, me hacer respirar la universalidad de la Iglesia."

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