Fundación CARF

3 mayo, 20

Artículos de Expertos

Día del Seminario

Que ninguna vocación al sacerdocio se pierda

¿Te imaginas un mundo sin sacerdotes?

José Miguel nació en China "en un tiempo muy difícil" cuando el Gobierno del gigante asiático todavía aplicaba al 100% la política del hijo único. Sin embargo, "yo soy el segundo", por lo que "mi madre fue forzada a abortarme en el hospital". Solo un milagro podría salvar a José Miguel y así ocurrió " Cuando mi madre ya se estaba esperando" para la intervención, "se puso a rezar y me ofreció a Dios para hacer su voluntad en el futuro" Entonces, "apareció una doctora desconocida que ayudó a mi madre a darme a luz".

Con el tiempo, Dios reclamo su ofrenda y sembró en el corazón de José Miguel la semilla de la vocación sacerdotal. "Al principio, mi madre se mostró reacia a que yo fuera sacerdote, pero nunca olvidó su promesa hecha el día de mi nacimiento y me dejó ingresar en el seminario". Lo hizo con 14 años y actualmente continúa con su formación sacerdotal en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa gracias al apoyo del Centro Académico Romano Fundación (CARF). Testimonio compartido por José Miguel el día del seminario

A la fe por la historia

Allí comparte estudios con Masahiro Yuki, seminarista de la diócesis japonesa de Oita y único miembro católico de una familia no creyente. En su caso, llegó a la fe a través de la historia siendo todavía un adolescente. «Con 17 años tenía mucho interés en la historia de la Iglesia Católica, que seguía en pie después de miles de años a pesar de todas las crisis y los ataques».

Pero los libros del colegio no consiguieron satisfacer la inquietud intelectual de Yuki y se fue a la catedral de Oita. «Estaban celebrando Misa y, cuando terminó, conocí a un sacerdote –antiguo alumno de Bidasoa- que me invitó a una charla, a una catequesis, para aprender más sobre la Iglesia y su historia».

Allí aprendió dos cosas principalmente: «que la Iglesia no es solo una institución humana sino que tiene una dimensión sobrenatural. Fue fundada por Cristo. Lo siguiente que me interesó fue la caridad cristiana. En otros grupos también hacen actos de caridad, pero nunca había visto nada igual a la caridad cristiana realizada por amor al prójimo. Para mí fue como una bomba».

El día del seminario, Masahiro relató como ese terremoto interior, junto con un año de catequesis, lo llevaron a pedir el bautismo. Posteriormente, después de varios años de maduración y de acompañamiento por aquel antiguo alumno de Bidasoa, Masahiro Yuki se sintió llamado al sacerdocio.

"Dios sigue llamando a los jóvenes al sacerdocio y también sigue llamando a personas, como pueden ser los bienhechores, que hacen posible que esas vocaciones salgan adelante".

Día del Seminario

Los dos seminaristas ofrecieron su testimonio durante la jornada del seminario virtual en los seminarios Bidasoa (Pamplona) y Sede Sapientiae (Roma), que este domingo organizó el Centro Académico Romano Fundación (CARF) a través de Zoom, Facebook y YouTube. Junto a José Miguel y Masahiro, seminaristas procedentes de República Dominicana, Venezuela, Japón, México o Tanzania dieron también su testimonio, así como los rectores de ambos seminarios.

El día del Seminario, el rector del CEI Bidasoa Juan Alonso García,  aseguró que «Dios sigue llamando a los jóvenes al sacerdocio» y también «sigue llamando a personas, como pueden ser los bienhechores, que hacen posible que esas vocaciones salgan adelante».

Además, parafraseando al Papa Francisco, el rector explicó que de un sacerdote se esperan «cuatro cercanías: Se espera que esté cerca de Dios, es decir, que sea un hombre de oración; que esté cerca de su obispo y viva la comunión; cerca de sus hermanos sacerdotes; y, como no puede ser de otro modo, cerca de los fieles, donde el sacerdote tiene que ser padre y pastor».

 

Que Ninguna Vocación se Pierda. 

La universalidad de la Iglesia

Por su parte, Javier Canosa, rector del CEI Sede Sapientiae -situado en Roma-, destacó la oportunidad de los seminaristas de «tener esa cercanía con el Papa, escuchar sus palabras, pero también la de acompañarle más de cerca y llevarle el cariño, el afecto y la unión de sus diócesis de orígenes».

Canosa, además, subrayó «el sentido universal que adquieren los seminaristas» al estudiar en un centro internacional como el Sede Sapientiae. «La idea inicial que pueden tener, compartida con jóvenes de tantos países distintos, se amplía muchísimo, les da una perspectiva nueva que va a acompañarles toda la vida. Esto me parece fundamental para un futuro sacerdote: no aplicar una receta automáticamente, sino tener la capacidad de entender un contexto mayor, más amplio».

Que ninguna vocación se pierda

El día del Seminario, celebrado durante la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, supuso el pistoletazo de salida para una nueva campaña del CARF, que trata de apoyar a las vocaciones surgidas en países donde los candidatos no tienen medios para asumir los costes de una formación adecuada y las diócesis poseen escasos recurso.

La campaña, que lleva por lema Que ninguna vocación se pierda, estará activa hasta el mes de septiembre y se encuentra accesible a través de la página web: #queningunavocacionsepierda.org

 

Con la colaboración de:
José Calderero de Aldecoa - Periodista

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