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1 junio, 21

Artículos de Expertos

"La identidad Femenina", María Calvo en CARF

María Calvo Charro, profesora titular de la Universidad Carlos III de Madrid en el área de Derecho Administrativo, ha participado en el último Encuentro de Reflexión CARF celebrado el pasado 26 de mayo. El tema de análisis fue “La identidad femenina”, un "asunto antropológico vital en el momento actual”.

En el nuevo encuentro de reflexión CARF

Hablar de feminidad es, para esta madre de cuatro hijos, hablar de esa parte de la humanidad que da vida o “bien lo frena”. Por esta razón, considera al aborto “como una fractura irreversible en el corazón de la feminidad”.

Ganancias y pérdidas del movimiento feminista 

María Calvo ofreció a los 221 inscritos en este acto, un recorrido histórico de la evolución del movimiento feminista, desde las Revolución Francesa hasta nuestros días. Resaltó que el feminismo ha tenido ganancias y pérdidas; ganancias en el ámbito público (la mujer en lo público es ahora una mujer con éxito) y pérdidas en la “desfeminización” de la mujer, que ha afectado al concepto de identidad femenina. En lo público, el feminismo ha conseguido la equidad en los mismos derechos y libertades y ha logrado que la mujer tenga éxito. 

Sobre la Revolución Francesa

El movimiento feminista comienza con la revolución francesa cuando un grupo de mujeres valientes exigió una igualdad en derechos y en libertades que denominó la teóloga y filósofa alemana Jutta Burggraf “un feminismo de la equidad en el ámbito público”. Estas mujeres francesas argumentaron que, si podían subir al Cadalso, podían subir a la tribuna. Al final, acabaron siendo guillotinadas.

La primera reivindicación de los Derechos de la Mujer vino en 1792 de la mano de la filósofa y escritora inglesa Mary Wollstonecraft. Estos derechos en el ámbito público, basados sobre todo en el derecho a la educación, no conculcan la esencia femenina como es la maternidad.

Feministas españolas

María Calvo recordó también la figura en España por ejemplo Concepción Arenal, quien, apoyada por su marido, se vistió de hombre para poder estudiar. “Su marido la llevaba disfrazada de hombre a las tertulias literarias para que participara. Me gusta recordar el apoyo de los varones a las mujeres en esa igualdad de derechos y libertades”, señaló.  

También recordó a Emilia Pardo Bazán que apostó fuerte por la educación de las niñas y Clara Campoamor, que consiguió el voto femenino en 1931 en el Congreso de los

Diputados a pesar de la oposición de dos mujeres en contra con su famosa frase: "Antes que mujer, soy ciudadana". 

“Este feminismo de la equidad con exigencias legítimas en los mismos derechos y libertades que los hombres, comenzó a corromperse en los años 40 por la influencia de ciertos pensadores como la filósofa Simone de Beauvoir, quien adelantó la ideología de género y su lema “Mujer no naces, te haces”, recordó la escritora.

Mayo del 68

A partir de esta década, comienza a desarrollarse una corriente que considera que la idea de mujer es una construcción social, que la biología no cuenta. El ateísmo francés abanderado principalmente por Jean Paul Sartre también influyó en esta corriente del pensamiento feminista que fue uno de los orígenes de la revolución de Mayo del 68, “una revolución que queriendo ser colectivista fue individualista en estado puro. Fue  una revuelta contra los hombres y contra la masculinidad que consideraban opresora y autoritaria”, matiza María Calvo.

Para la profesora de la Universidad Carlos III, la revolución del 68 fue también una revuelta contra la mujer. Entró en crisis la feminidad. Implicó la emancipación respecto del hombre pero ya no solo exigía la igualdad en el ámbito público, sino también reproductivo. La mujer lo consiguió con la anticoncepción y el aborto.

“En este momento el feminismo se corrompe derivando en una liberación sexual, separando el sexo de la afectividad, del compromiso y de la reproducción. El sexo queda como algo lúdico y fisiológico”, expresa María Calvo.

Esta forma de ver las relaciones sexuales ha ocasionado que en muchas situaciones acaben conduciendo a la mujer a una soledad sin precedentes y ser vista como objeto de deseo.

Feminismo de Género

La revolución del 68 condujo al feminismo de género que “para los ideólogos mujer y hombre no existen, son solo un constructo social o se basa en algo externo que se puede operar”.

La profesora universitaria recordó que ahora una persona puede “ser hombre y mujer por sus deseos, y los deseos se convierten en derechos. En este feminismo no podemos hablar de un hombre y una mujer naturales, porque niegan la naturaleza. Es la muerte de la razón. Con este movimiento estamos acabando con las bases de la tradición occidental, acabamos con la alteridad sexual y la familia y el matrimonio pasan a ser conceptos subjetivos. Se niegan también las bases filosóficas y jurídicas de nuestra sociedad, porque todo se basa en los sentimientos y en los deseos”.

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Feminismo mágico

Después de este feminismo llegamos actualmente a la hipermodernidad. “Es lo que yo llamo feminismo mágico porque todos mis deseos se convierten en derechos por arte de magia”, señala la experta.

En este punto recordó que el movimiento feminista en su totalidad, siempre se ha olvidado de la maternidad y nunca se ha preocupado de las madres. “Ignorar este factor tan importante es llamativo. Ni siquiera actualmente. Solo siete comunidades autónomas en España dan ayudas por maternidad, mientras que el Estado se gasta millones de euros en el aborto”, se lamenta la experta.

"El feminismo ha tenido ganancias y pérdidas; ganancias en el ámbito público (la mujer en lo público es ahora una mujer con éxito) y pérdidas en la “desfeminización” de la mujer, que ha afectado al concepto de identidad femenina." María Calvo

La huella imborrable de la maternidad

María Calvo alza la voz sobre algo inherente a la mujer: la capacidad de ser madres, se materialice o no. “Tenemos una huella imborrable en nuestro cerebro para nutrir, para el apego, para el cuidado. La mujer es humanizadora de la sociedad como decía san Juan Pablo II”.

Además, actualmente la ciencia ha permitido demostrar que es un realidad la identidad femenina, que existe una diferencia sexual, desde la gestación. La ciencia demuestra que el cerebro femenino y masculino son distintos, con los mismos derechos, pero formas de ver la vida de manera distinta.

“Un cerebro femenino que nos da empatía para ponernos en la piel de los demás que forma parte de la esencia femenina”, apunta.

Negar la esencia femenina

Para María Calvo, llegamos a la conclusión de que la mujer en el ámbito público es exitosa, se ha independizado, pero no está del todo libre pues está sometida a unas esclavitudes “más perversas” que en siglos pasados, como por ejemplo los vientres de alquiler, -la mujer es un contenedor de un producto-.  “Otras esclavitudes son la pornografía o dar la talla de mujer con éxito profesional narcisista que conduce a una soledad sin precedentes”, aseveró.

En esta sociedad en que la mujer no sabe exactamente quién es porque se niega su esencia, se está produciendo según algunas escuelas de psiquiatrías, desviaciones de la feminidad y descompensaciones. Por ejemplo, la mujer que cercenan la vertiente psicológico-materna que tiene.

“Todas las mujeres tenemos una huella maternal imborrable que nos hace preocuparnos de los demás seamos madres o no, y la otra vertiente es la erótica-profesional. El equilibrio en la mujer va a venir de esas dos partes, no de la negación de una sobre la otra”, apuntó.

Madres solas

Otro tipo de desviación del que hablan los psiquiatras es la madre sola, la que quiere estar sola renunciando a un hombre porque lo considera perjudicial y perturbador. “Estas madres condenan al hijo a ser huérfano de padre antes de nacer. El padre no existe y en lugar de padre, no hay nada, y eso deriva en problemas psíquicos a esos niños. El ser humano necesita conocer sus raíces. Estudios de psiquiatría demuestran que estos niños de fecundación in vitro tienen obsesión por conocer al padre que nunca lo van a conocer”.

Además, desveló que el modelo de madres solas es el que más está creciendo en España, familias monomarentales que condenan al hijo a la orfandad paterna. Esos niños vienen a rellenar un vació existencial de la madre que es lo que llaman algunos psiquiatras incesto psicológico. Posteriormente, algunos de estos hijos son agresivos con estas madres porque éstas no les han dado la autonomía, algo que normalmente, conduce el padre. Les dejan también huérfanos espirituales, incapaces de conocer la filiación divina.

En esta línea, respondió a una pregunta de los asistentes: “A los niños que te dicen de pequeños yo me siento mujer hay que quererle más que nada en el mundo, pero creo que el ejemplo de conducta es lo más importante. Creo que el ejemplo del padre es fundamental. La identificación sexual primaria de los niños es con la madre, cuando nacen se identifican con la sexualidad femenina, que tiene que ir sufriendo un desgarro y experimentando una vinculación con el campo magnético paterno. Por eso, la ausencia paterna es un problema actual. Por eso hay ahora hay miedo a ser hombre y a expresar esos atributos esencialmente masculinos como son la defensa del débil, la valentía y la competitividad”.

Esencia psíquico-materna

Para concluir, considera que la mujer debe retomar su esencia psíquico-materna y su vertiente erótica-profesional para alcanzar el equilibrio. Esa libertad se puede conseguir con más plenitud gracias al varón. “Cuando el hombre entre en el hogar nosotras podremos salir fuera, y conseguiremos más equilibrio. Por esta razón, la alteridad humana es tan importante.

 

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