Fundación CARF

28 septiembre, 21

Testimonios de vida

P. Elio: “En Venezuela seguimos pasando hambre. Mi obispo me envió a Roma para formarme y servir a mi pueblo hambriento”

El P. Elio Azuaje Villegas es un sacerdote venezolano de la diócesis de Trujillo (Venezuela). Tiene 47 años y en estos momentos estudia la licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma para formarse bien y a su regreso, servir al pueblo venezolano que “sigue pasando hambre”. Es uno de los candidatos de la campaña de CARF “Pon Cara a tu Donativo”.

El P. Elio Azuaje Villegas es un sacerdote venezolano de la diócesis de Trujillo (Venezuela). Tiene 47 años y en estos momentos estudia la licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma para formarse bien y a su regreso, servir al pueblo venezolano que “sigue pasando hambre”. Es uno de los candidatos de la campaña de CARF “Pon Cara a tu Donativo”.

El P. Elio es el tercero de cinco hermanos. Durante su infancia, frecuentó la Vicaría Parroquial de su iglesia, dirigida por Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús.

Vocación a los 13 años

“Allí me preparé para la comunión y confirmación y con 12 años ya ayudaba como auxiliar a enseñar el catecismo a otros chicos. Fue allí donde nació mi vocación y comenzó mi deseo, con 13 años, de ingresar a un seminario menor”, explica.

Sin embargo, en aquel momento no existía un seminario menor en la arquidiócesis de Caracas. Por lo tanto, a través de las hermanas conoció a los Padre carmelitas con los que comenzó el seguimiento vocacional en un seminario menor de su congregación.

Llegó el gran día

El P. Elio recuerda cuando llegó el gran día que lo “recordaré toda mi vida”: la entrada al seminario menor de los Padre Carmelitas. “Para mí fue una gran alegría y profunda satisfacción el estar allí. Estaba donde quería estar. El noviciado con los carmelitas fue una experiencia. Allí descubrí algo muy importante: mi vocación de trabajar en zonas rurales”.

Con los padres carmelitas también descubrió las misiones, puesto que los carmelitas les llevaban en vacaciones a lugares de misión.

Al Seminario mayor

Una vez que dejó el seminario menor, debía ingresar en el Seminario Mayor. El obispo de Trujillo le orientó en su decisión. “Siempre recordaré ese primer encuentro con este venerable Obispo que ha significado tanto en mi vida. Confió en mí, fue el Obispo que me ordenó, y quien me orientó por muchos años. Ya goza de la presencia de Dios desde el Domingo de Ramos 2018”.

En esta decisión como seminarista, no encontró facilidades, fundamentalmente a la falta de seminarios, ya que en Trujillo no existía Seminario Mayor y los 80 seminaristas eran enviado a otros seminarios.

España y Venezuela

Finalmente, recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto del 2000 por Mons. Vicente en la parroquia donde había hecho su año de pastoral, en Burbusay.

Después de cinco años de sacerdote en su diócesis, Mons. Vicente le envió a España a cursar estudios de Historia de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Comillas, donde estuvo 3 años.

De regreso a Venezuela desempeñó varios cargos: administrador parroquial de una parroquia en Trujillo, párroco de la nueva parroquia de Boconó, fundación de la parroquia San Antonio de Padua de Mosquey, capellán de un colegio, etc.

El P. Elio sufre por su pueblo: "Los niveles de hambre y escasez son sorprendentes. Toda esta situación ha provocado una emergencia humanitaria, donde el pueblo agoniza poco a poco". 

P. Elio Azuaje Villegas, Venezuela.

El P. Elio Azuaje Villegas es un sacerdote venezolano de la diócesis de Trujillo (Venezuela). Tiene 47 años y en estos momentos estudia la licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma. Entró con 13 años en el seminario menor de los padres Carmelita. Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto del 2000.Después de cinco años de sacerdote en su diócesis, Mons. Vicente le envió a España a cursar estudios de Historia de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Comillas, donde estuvo 3 años. 

De regreso a Venezuela desempeñó varios cargos: administrador parroquial de una parroquia en Trujillo, párroco de la nueva parroquia de Boconó, fundación de la parroquia San Antonio de Padua de Mosquey, capellán de un colegio, etc. Ahora, su obispo le ha enviado a Roma para formarse bien y servir al pueblo venezolano. 

Hambre y escasez

El P. Elio sufre por su pueblo. Describe los niveles de hambre y de escasez que está padeciendo su país en estos cuatro años.

“Son sorprendentes. Se suma la continua devaluación de la moneda que no permite, no solo no tener qué comprar, sino que no se puede conseguir dinero en efectivo. Toda esta situación ha provocado una emergencia humanitaria, donde el pueblo agoniza poco a poco y donde el gobierno no quiere reconocer esta situación oficialmente porque sería reconocer también su fracaso”.

Papel decisivo de la Iglesia

La Iglesia siempre ha tenido y tiene un papel claro y preciso. Desde el principio de la llegada del régimen al poder por vía democrática, la Iglesia, a través de la Conferencia Episcopal Venezolana, ha advertido, denunciado y exhortado sobre las ideas erróneas del Gobierno, ha tenido una voz profética que le ha traído como consecuencias por un lado el repudio del oficialismo y sus adeptos. Por otro lado, se ha convertido en la única institución con credibilidad y fundamento moral ante la situación desastrosa del país.

“En la actualidad, cuando la crisis ha llegado a niveles inimaginables, la Iglesia a través de los diferentes agentes de pastoral, ha tratado de dar respuestas a tantas necesidades, de manera concreta con comedores parroquiales, atención sanitaria, a través de caritas, pero no ha sido suficiente y la gran insistencia es pedir al mundo una ayuda humanitaria, que el gobierno no acepta ni autoriza”, explica.

Fallecimiento de sacerdotes y religiosos

A los sacerdotes, consagrados y demás agentes de pastoral que son el motor de la Iglesia, también les afecta esta crisis humanitaria. Ya han muerto sacerdotes y religiosos por no conseguir medicamentos, en los seminarios, conventos, colegios, comunidades religiosas, también están pasando hambre.

 “Ahora más que nunca la Iglesia venezolana esta siendo probada, porque con hambre tiene que dar de comer al pueblo hambriento, con enfermedades tiene que curar al herido del pueblo, y en una situación de desesperanza y caos debe dar testimonio de que confía plenamente en el Dios que todo lo provee”.

Servir al pueblo hambriento

 En esa situación de desesperanza, el P. Elio ha sido enviado por su obispo a Roma precisamente “para servir al pueblo hambriento”. Describe su recorrido:

“Yo quería estudiar Liturgia para profundizar sobre el arte de celebrar el Misterio de la Redención en medio del pueblo y para el pueblo. Al obispo le pareció bien, y comenzamos a hacer las gestiones para poder ir a Roma a estudiar debido al profundo deterioro político de Venezuela. Y, en segundo lugar, que yo ya tenía más de 40 años. Pero si está en los planes de Dios un proyecto, los obstáculos no dejan de ser sólo etapas para alcanzarlo.

“Y así ocurrió que el Señor me lo concedió. A través de un sacerdote compañero de mi diócesis que estudia en Roma, se enteró que un párroco de Roma estaba buscando un sacerdote estudiante como colaborador de su parroquia. Y así, pude viajar a Roma a estudiar a través del Vicariato como colaborador parroquial. Es maravilloso estudiar en Roma y palpar la universalidad de la Iglesia. Mi deseo es formarme bien para regresar a mi diócesis y servir mejor al pueblo venezolano”.

“Ahora más que nunca la Iglesia venezolana esta siendo probada, porque con hambre tiene que dar de comer al pueblo hambriento, con enfermedades tiene que curar al herido del pueblo, y en una situación de desesperanza y caos debe dar testimonio de que confía plenamente en el Dios que todo lo provee”.

P. Elio Azuaje Villegas

“En la actualidad, cuando la crisis ha llegado a niveles inimaginables, la Iglesia a través de los diferentes agentes de pastoral, ha tratado de dar respuestas a tantas necesidades, de manera concreta con comedores parroquiales, atención sanitaria, a través de caritas, pero no ha sido suficiente y la gran insistencia es pedir al mundo una ayuda humanitaria, que el gobierno no acepta ni autoriza”, explica el P. Elio. En la imagen, con su obispo en una de las parroquias de su diócesis.

¿Cómo se puede ayudar?

Es consciente que, al regresar a Venezuela, cualquiera que sea la misión que le encomiende el obispo, no será fácil, se que se encontrará un pueblo agonizante, que debe consolar.

“La gran pregunta de muchas personas fuera del país es ¿Cómo puedo ayudar?, la principal ayuda es la oración de súplica para que Dios tenga Misericordia de este pueblo, y le conceda la fidelidad en la prueba", manifiesta. 

Ayudas a través de asociaciones 

Además, explica que materialmente es un poco complicado "ya que al no haber un canal humanitario, las ayudas en medicamentos y alimente debe hacerse por otra vía. Hay muchas personas de buena voluntad que han creado asociaciones y recolectan medicinas y dinero para pagar envíos particulares que hacen llegar a diferentes caritas de las diócesis de Venezuela, otros ayudan cubriendo los gastos de comida de seminaristas a través de las diócesis directamente, y otro ayudan a los sacerdotes que se forman fuera del país para regresar mejor preparados para enfrentar esta crisis humanitaria”. 

 

Gerardo Ferrara
Licenciado en Historia y en Ciencias Políticas, especializado en Oriente Medio.
Responsable del alumnado
Universidad de la Santa Cruz de Roma

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